Este proyecto se sostiene sobre una base antropológica. Es un trabajo que está en continuo proceso de ampliación.

Se encuentra dos elementos claves para tratar el tema, primero el propio ser humano y su comportamiento en espacios públicos. En segundo lugar el «atrezoo» que utiliza a su alrededor. Con ambos elementos se observa esa evolución, como van cambiando los elementos o surgen nuevas modas o hábitos.

Hay una especial importancia del color, pues como ya decía Stephen Shore, el color añade una capa de información de la época, el momento y el lugar.

Se trabaja en el propio entorno cercano. Siendo este una fuente que genera la producción de proyectos.

Este proyecto se basa en la evolución humana, en el propio cambio físico que sufre el ser humano a lo largo de su edad en diferentes aspectos y sobretodo en diferentes etapas de este. Evolución con cambios como eje fundamental del proyecto.

El objetivo principal es trasmitir esa época de cambio, de transito, de evolución del propio ser humano y del cuerpo de este. Cambios tantos físicos como mentales.

Trasmitir con los retratos los miedos, las inseguridades, la confianza en si mismo, la madurez de los niños, los cambios físicos, lo emocional, la propia inocencia de estos.

La vulnerabilidad, la belleza. Retratos más allá del selfie.

Pero independiente de todo esto, que cada niño y niña, hable por si solo, con sus gestos, sus miradas, su cara, todo lo que proyectará para un futuro. 

Sin nada de artificio, ni escenificado. Y todo esto acompañado de una estética vernácula e improvisada en apariencia que sirve de unión entre el retratado y el resultado final.

Dicho proyecto se basa en la mezcla e interacción de dos disciplinas artísticas. Jugando con la re interpretación de los trabajos.

Un artista ha creado una serie de esculturas con unos conceptos desconocidos por el fotógrafo. Una vez en tragadas a este, son re interpretadas realizando fotografía de bodegón.

Este proyecto nace de la necesidad personal de fotografiar un territorio concreto, deambulando por sus calles, tratando de hacer un retrato interior del lugar y del ser humano que lo transita.

Con una visión particular sobre el tema a tratar; desde un punto de visto diferente al que podría ser realizado por un fotógrafo clásico del lugar, el cual creemos conocer pero que en el fondo nos cuenta más de lo que creemos. 

La conjunción calle y ser humano se convierte en un fiel reflejo de nosotros mismos, ahí radica nuestro presente, nuestro pasado y nuestro futuro.

Con una fotografía documental conceptual a través de elementos, situaciones o escenas en apariencias banales en la ciudad, donde se “elimina” el termino Street Photography, pasando a llamarse “fotografía en la calle”.

Y, ¿porqué fotografía en la calle?, porque es una forma útil que veo de decir que este tipo de documentalismo que propongo va más allá y que engloba todo. Para mi la fotografía de calle, urbana, rural o Street photo, no es más que una convención un tanto reduccionista que quizás sea heredada de la época de Cartier Bresson. Al final se fotografía o se captura momentos, si, pero es ir aún más allá, que lo que se

fotografíe vaya dentro de una posible historia o mejor aún y mucho más interesante, para mi, que lleve un discurso conceptual.

No busco imágenes posadas, ni preparación, quiero explorar y capturar. Con cierto punto muy suave de vernácula.